Por Antonio Peña
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La Sociedad organizada que tiempos atrás era Duvergé, a manera de recuerdo queda registrada en la historia local en páginas materiales dispuestas en la modalidad de documentos y, se sitúa también inmaterialmente, en la propia memoria de munícipes que fueron y son en muchos casos, parte del hacer comunitario.
Si se narran los hechos y así se describe gran parte del accionar del Duvergé de ayer, ¿por qué no leerlos, escucharlos y apreciarlos situando sobre ellos un análisis crítico a través del cual pueda entenderse la realidad que los encierra y en consecuencia los aportes que se hicieron y pueden aún estar haciéndose para mantener activa la memoria histórica y la identidad local?
Es preocupante apreciar la tendencia hacia el olvido de lo que somos y el deslineamiento de una identidad fraguada activamente en las propias entrañas de un pueblo que se caracteriza por la humildad, afectividad y la actitud hacendosa de su gente.
Duvergé involuciona y aunque parece no dormir, tal si sobre él como pueblo se encontrara situada —la peste del insomnio— que afectará al Macondo que se describe en la famosa obra “Cien años de soledad”, autoría del laureado escritor Gabriel García Márquez, se va convirtiendo en un lugar donde la polvareda pudiera llegar a arropar su suelo ocultando su discurso verbal y escrito, puesto que la indolencia e indeferencia están apagando las voces que pueden manifestarse en contra de los males sociales que lo atacan con una acometida impetuosidad que le arrebata la quietud.
Su río se acortó y detrás de la causa, entre otras tantas cosas, subyace el miedo de la gente a enunciar la verdad del motivo. Y, a eso se añaden la contaminación y depredación ambiental con gran incidencia en la modalidad sónica (ruido de motores y equipos de música) corte y quema de árboles, arbustos y malezas, así como en la difusión de palabras y frases obscenas en espacios de juergas dispuestos al antojo de un colectivo social que disocia.
Las tradiciones se han ido desnaturalizando al son de la influencia de agregados que bajo la excusa de una innovación e impresión vanguardista van imponiéndose a gusto de unos pocos que, con eso aportan negativamente, a la trasnculturación en su propia tierra.
