Hoy no celebramos solo un aniversario, celebramos resistencia, voz propia y visión de futuro. Porque Pangola Multimedios no es solo un medio de comunicación: es el eco de un pueblo que se niega a ser silenciado, que se informa, se forma y se transforma.
Han pasado tres años desde que una pequeña idea —como un grano de mostaza sembrado con fe— comenzó a germinar. Hoy, esa semilla es un árbol robusto con raíces profundas en esta tierra. Pangola es del pueblo, hecha por gente del pueblo, y eso se nota en cada palabra que transmitimos, en cada historia que contamos.
En este tiempo hemos alzado una emisora digital con identidad, levantado plataformas informativas que no se arrodillan ante intereses oscuros, y formado un equipo de talentos auténticos, valientes y con voz propia. Lejos del bullicio de los grandes centros, pero con la misma fuerza, hemos convertido a la provincia Independencia en una referencia comunicacional.
No lo hicimos solos. Gracias a nuestros patrocinadores con visión, que entienden que invertir en comunicación libre es apostar al desarrollo real. Y gracias a las autoridades honestas que han sabido estar del lado de la transparencia, dando la cara y participando en nuestros espacios.
Pero no nos dormimos. Como parte de esta celebración, hemos iniciado un curso de locución, en alianza estratégica con INFOTEP, apostando a la formación de nuestra gente. Porque queremos que nuestros comunicadores no solo hablen bonito, sino con propiedad, con causa y con conocimiento.
Y para cerrar esta jornada de crecimiento con el poder que merece, este sábado 21 de junio a las 10:00 a. m., en los salones del Honorable Ayuntamiento de Duvergé, recibimos al comunicador y activista social Michael Holguín, con la conferencia:
“Comunicación Postmoderna: decir la verdad en tiempos de likes y manipulaciones”.
Porque en Pangola no maquillamos la realidad: la contamos tal como es.
Y si molesta, mejor.
Eso significa que estamos haciendo nuestro trabajo.
¡Feliz aniversario, Pangola!
Esto apenas comienza.
Hasta la próxima semana mis pequeños saltamontes.