El Domingo de Resurrección, también conocido como Domingo de Pascua, Domingo de Gloria o Domingo Santo, es una conmemoración de origen cristiano que cierra el Triduo Pascual o los tres días santos. En ellos se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret.
El Domingo de Resurrección, no tiene una fecha fija dentro del calendario de días festivos.
Tradicionalmente, se realiza después de la primera luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, usualmente ocurre entre los meses de marzo y abril de cada año.
Qué se celebra el Domingo de Pascua.
El Domingo de Resurrección es una fiesta que celebra el regreso a la vida de Jesús, el hijo de Dios, después del martirio vivido, que finalizó en su crucifixión en el Calvario.
Tal como había prometido a sus discípulos, Jesús regresó de la muerte, cumpliendo el mandato divino de Dios y probando que era el salvador de la humanidad.
Este día se organizan diversas liturgias y procesiones religiosas en todo el país, en recuerdo de estos eventos, narrados en los evangelios bíblicos.
Durante el Domingo de Resurrección, ocurre además el encendido del Cirio Pascual, que representa la luz de Cristo resucitado. Y que permanecerá encendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
Significado del Domingo de Resurrección.
La resurrección de Jesucristo fue la confirmación del origen santo de Jesús, como hijo de Dios. Y también de su naturaleza divina, cumpliéndose la promesa de vida eterna en el reino de los cielos, para los creyentes cristianos.
El Domingo de Resurrección constituye la fiesta central de la religión cristiana, es sinónimo de alegría, luz y esperanza entre los fieles católicos.
Se rinden honores al sacrificio de Jesucristo como salvador de la humanidad y se recuerda su mensaje de unión para los hombres.
Qué pasó el Domingo de Resurrección.
Después de la crucifixión, José de Arimatea, hombre justo y sabio, reclamó ante Poncio Pilato, prefecto de Judea, el cuerpo de Jesús para ser sepultado. Procedió a embalsamar el cuerpo, envolverlo en un gran manto y trasladarlo hasta una cueva, donde lo selló con una gran piedra.
Jesús resucita.
En la madrugada del día siguiente, las mujeres se acercaron a la cueva para ungir el cuerpo con perfume y aceites. Según los libros de San Mateo, San Marcos y San Juan, un joven con vestiduras blancas, que bien podría haber sido un ángel, les anunció que Jesucristo había resucitado.
Jesús se reúne con sus fieles.
Durante el camino a Galilea, Jesús de Nazaret se apareció a varios de sus discípulos. Entre ellos, a María Magdalena, a quien desveló dónde podrían encontrarlo sus apóstoles. Jesús finalmente se reunió con ellos, les dio el Espíritu Santo, el poder de perdonar los pecados, y, luego de ello, ascendió a los cielos.