Recientemente, la República Dominicana conmemoró el 212 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte. Mientras en cada municipio se realizaban actos lírico-culturales en su honor, en la que es considerada la capital política de la provincia Independencia fue notoria la ausencia de cuatro regidores.
¿Dónde quedó su amor por la Patria?, ¿dónde está el respeto por las ideas de un joven que sacrificó la fortuna de su familia para dedicarla a la independencia de su nación?
Los problemas internos en la alcaldía no pueden ventilarse en público. Ya esta gestión ha pasado a la historia con la peor elección de regidores que ha tenido Duvergé.
UNA ORGANIZACIÓN DEFICIENTE
Nadie me lo ha pedido, pero yo lo voy a decir.
Si usted está preparado para hablar en la plaza pública de su comunidad, mantenga su discurso para ese lugar. No se deje llevar por las emociones cuando la figura del sacerdote lo llame a hablar de Duarte y usted no pueda siquiera hacer un resumen coherente. Si su gran discurso estaba destinado a otro espacio, entonces respételo.
Fue evidente la falta de un asesor en comunicación para el alcalde. Peor aún, quienes editaron el video del evento dejaron en evidencia su poca capacidad de análisis, mostrando al alcalde repitiendo las mismas palabras en menos de dos horas frente al mismo público.
¿Y qué decir del Director Adjunto del Distrito Educativo 18-05? Perdió la oportunidad de hacer una comparación entre el Duarte estudiante y los jóvenes de hoy. En su lugar, se limitó a leer una reseña sacada de Wikipedia sobre la figura más importante de nuestra historia.
La conmemoración de Duarte no es un simple trámite, es un momento para reflexionar sobre su legado y fortalecer el civismo en nuestra sociedad. Queda claro que, en Duvergé, esta tarea aún está pendiente.
Hasta la próxima semana…